Tercer mandato


Buenos Aires, 1951. Velasco Ibarra sobrevivía con las modestas regalías de su último libro. Pese a que desde diciembre de 1951 le pedían de Ecuador que volviera, el ex presidente se consideraba a sí mismo un cadáver político. El panorama electoral no le favorecía: el carismático Guevara Moreno y el brillante teórico de la C.F.P., Rafael Coello Serrano, tenían a Guayaquil en sus redes. Guevara había ganado la alcaldía de esa ciudad y nadie podría vencerlo porque los demás partidos andaban divididos: el Conservador oscilaba entre el aristocratizante y moderado Enrique Arízaga Toral y el duro Ruperto Alarcón Falconí, los liberales vacilaban entre seguir a la Junta Suprema del partido u obrar con independencia, y el Partido Socialista no era sino la cola democrática del bicéfalo liberalismo. El Partido Comunista nada pintaba en las elecciones.                                                                     Pero nadie contaba con el ascenso de una generación velasquista de brillantes políticos como Carlos Julio Arosemena Monroy, Alfredo Chiriboga, Rafael Arízaga Vega, Francisco Boloña Martínez, entre muchos otros. Estos sabían que las bases cefepistas tenían corazón velasquista. Y Guevara lo sabía también. Si Velasco como presidente le apoyaba en la alcaldía, se podía llegar a un acuerdo. Así nació la candidatura de Velasco para la tercera presidencia. Y el Gran Deseado de las Gentes vino, habló y nuevamente venció. El presidente Galo Plaza se mostró imparcial en la campaña aunque la Policía disparó contra pacíficas manifestaciones velas-quistas en Guayaquil, Cuenca y Quito.
Velasco apoyado por el velasquismo, la C.F.P., ARNE, y disidentes conservadores triunfó con 153.945 votos. Ruperto Alarcón tuvo 118.397. José Ricardo Chiriboga, liberal, popular en Quito, 67.366 y el marqués de San José, Modesto Larrea Jijón, por los liberales disidentes y los socialistas, 18.248 votos.
Velasco inició su Gobierno con un Gabinete integrado casi en su totalidad por dirigentes de su campaña electoral. La derecha dominaba el Senado. La cámara de diputados se repartía entre una insegura mayoría velasquista y una incómoda alianza de liberales, conservadores y cefepistas. Guevara lideró una oposición violenta hasta que fue apresado y desterrado más por la acción de Carlos Julio Arosemena, ministro de Defensa, que por la del propio ministro de Gobierno, pronto reemplazado por Camilo Ponce Enríquez, fundador del Movimiento Social Cristiano. Con este nombramiento, Velasco mostraba su independencia y neutralizaba la oposición conservadora. Ponce le fue útil a Velasco que necesitaba de un ministro enérgico e inteligente, pero también le causó dolores de cabeza con la teoría de que el Gobierno tenía facultades implícitas y el pueblo sólo derechos potenciales y con la clausura de los diarios "El Comercio" y "últimas Noticias" y de "Radio Quito", todas del grupo de la familia Mantilla. La versión de Salvador Lara atribuye la clausura al propio Velasco Ibarra. Ponce, según ella, habría cargado lealmente con este muerto. En cualquier caso, Ponce en carta a Velasco Ibarra dejó ver sus sentimientos: "El Comercio” es una constante fuente de intriga y de maldad que influye, desconcierta y envenena a infinidad de personas". La prensa nacional protestó y 10 mil quiteños pidieron que se levantara la clausura. Cuando Ponce se candidatizó a la presidencia, Pedro Concha Enríquez ocupó el ministerio de Gobierno. En su fugaz administración ocurrió el ultraje al columnista "Juan sin Cielo" (Alejandro Carrión) de "El Universo", que criticaba al régimen unas veces con razones y otras sin ellas.                                                                                                    Pese a que hacia 1955 disminuyeron las exportaciones por causas externas al Ecuador, Velasco pudo realizar una obra de mayor envergadura que en sus anteriores mandatos: el primer plan vial orgánicamente concebido, numerosas construcciones para escuelas y colegios, el equipamiento de las Fuerzas Armadas de tierra, mar y aire con armamento moderno, obras de regadío y la creación de la Junta de Planificación y Coordinación Económica. Velasco tuvo una valiente política inter-nacional al protestar por el golpe de Estado submovido por los Estados Unidos contra el gobierno legítimo de Guatemala so pretexto de combatir el comunismo. El último ministro de Gobierno de Velasco, Rafael Arízaga Vega, obró con sagacidad en la virulenta campaña electoral de la que salió vencedor Camilo Ponce Enríquez

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