Segundo mandato.



José María Velasco Ibarra batió tres récords en su segunda presidencia: de popularidad, de dos asambleas constituyentes con dos constituciones, y de viraje violento desde la Izquierda hacia la Derecha. El pueblo esperó días mejores y mayor justicia como los había esperado el cinco de junio de 1895 y el nueve de julio de 1925. Y como en esas dos oportunidades históricas, la esperanza resultó ilusoria. Pero en el 95 la esperanza duró seis años; en el 25, cuatro años; en 1944, tan sólo un año y siete meses.
Récord de popularidad. Persuadidos los dirigentes de la ADE de que habría fraude en las elecciones, decidieron ir a la insurrección armada. La directiva de Guayaquil estableció contacto con los oficiales de la guarnición del puerto y resolvió dar el golpe una vez que el fraude hubiese sido consumado. Pero se adelantó la fecha al 28 de mayo porque el Gobierno había descubierto la conspiración. En la noche del 28 de mayo, "la guarnición militar de Guayaquil en unión de miles de ciudadanos, desconoció a sus superiores y los apresó, atacó con fusilería, ametralladoras y cañones el cuartel de Carabineros e incendió el cuartel. Murieron achicharrados cientos de carabineros, aparte de los que murieron víctimas del baleo inmisericorde", recuerda en sus Memorias el liberal arroyista Andrés F. Córdova.
Otras ciudades imitaron el ejemplo de Guayaquil. Arroyo del Río renunció ante el Consejo de Estado y tuvo que asilarse en la Legación de Colombia. En Riobamba el pueblo asesinó cruelmente al comandante general de los Carabineros, Manuel Carbo Paredes. En Cuenca fue provocada una manifestación velasquista que pasaba por la casa de la familia Neira Arriola, arroyista. Los manifestantes asaltaron la casa, quemaron los muebles, arrojaron el perro de casa del balcón a la calle, pero no tocaron el dinero que encontraron. Era un castigo, no un saqueo. Puestos de acuerdo los burós directivos de la ADE en Quito y Guayaquil, llamaron a Velasco Ibarra, que fue proclamado presidente de la República en un plebiscito espontáneo jamás visto en la historia del Ecuador. "El caudillo popular recorrió el norte desde Ipiales y cientos de miles de ciudadanos salieron a las carreteras a aplaudir frenéticamente a la persona que simbolizaba para ellos la esperanza y la reconstrucción nacional. El recibimiento en Quito fue una verdadera apoteo-sis. La revolución del 28 de mayo no fue ni un cuartelazo ni un golpe de Estado. Fue la insurgencia popular contra un estado de cosas intolerable y demostró claramente que el pueblo en armas es invencible", escribe Rafael Arízaga Vega, biógrafo de Velasco Ibarra. Dos nombres se destacaron nítidamente por su liderazgo: el del propio Velasco y el de Francisco Arízaga Luque. El velasquismo había comenzado
Consumada la revolución popular del 28 de mayo de 1944 ("LaGloriosa"), Alianza Democrática lo llamó. "ElGranAusente" fue recibido como un mesías liberador. El pueblo deliraba gozoso. Al cabo de tres años Velasco Ibarra, traicionado por su ministro de Defensa, conoció de nuevo el exilio: Quito, Santiago, Buenos Aires. Corría 1947
Se dedicó de lleno a la docencia del Derecho Constitucional e Internacional en la Universidad de La Plata, Argentina; pero renunció a la cátedra "en defensa de mi dignidad doctrinaria ante las locuras de la señora Perón empeñada en convertir en manicomio lo poco de bueno que queda en América", y se marchó a Caracas, Venezuela, a ganarse la vida enseñando esas mismas materias. En estos años porteños y caraquenses escribió Tragedia humana y cristianismo, que respondía al espíritu existencialista de la cultura europea pero también a su propio desencanto. "Meangustiaunpocoelfuturodemivida", confesaba a un amigo.

MAYO ROJO
Proclamado presidente por el pueblo en mayo-junio de 1944, Velasco convocó a elecciones libres para conformar la Asamblea Constituyente. Estas elecciones llevaron al primer rompimiento de la Alianza Democrática Ecuatoriana (ADE, unión de la Izquierda y de la Derecha), que había luchado por Velasco contra Arroyo del Río. Los partidos Conservador y Frente Democrático abandonaron la ADE y formaron el Frente Electoral Velasquista (FEV). Del total de 92 asambleístas elegidos, 67 pertenecían a la ADE, 23 al FEV y dos eran independientes.
Este rompimiento se acentuó cuando en julio de 1944 tuvo lugar un congreso de 600delegados de la Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos (CE-DOC) y el nueve de agosto de 1944 se constituyó la Confederación de Trabajadores del Ecuador (CPE) con la presencia de 1.036 delegados. Pedro Velasco Ibarra, hermano del presidente e ideólogo y líder de la CEDOC, rechazó el socialismo de la CTE. El sector obrero-artesanal se fraccionó aún más.
La Constituyente, expidió la decimoquinta Carta Política. Ésta se inspiró en la Segunda República Española de 1931. Su ideal era "propender a la solidaridad humana" y bautizar la economía en el agua de la justicia. La Carta incorporó los principios del Código del Trabajo de 1938, creó el Tribunal de Garantías Constitucionales y el Tribunal Supremo Electoral, reconoció la autonomía universitaria, se ocupó expresamente del régimen de los municipios y redujo el Congreso a una cámara, la de Diputados, elegidos unos por las provincias y otros, 25, designados por sectores de la sociedad civil (funcionales), entre ellos nueve por la educación, uno por la cultura y uno por los indios. La Carta de 1945 es la mejor redactada de todas. Su buen español fue obra de los diputados Gabriel Cevallos García y Gustavo Vallejo Larrea. Y los discursos de los asambleístas adquirieron un tono nuevo: el de quienes se sabían escuchados por el pueblo alto a través de las ondas de la radio.Velasco había conformado un Gabinete políticamente equilibrado. Este equilibrio se rompió cuando el conservador Camilo Ponce Enríquez dejó el ministerio de Relaciones Exteriores, el ex comunista Carlos Guevara Moreno pasó al ministerio de Gobierno, el comunista Alfredo Vera ocupó el de Educación y el socialista Alfonso Calderón, el de Previsión Social y Trabajo. Poco duró este predominio de la Izquierda porque los socialistas y comunistas interpretaban el 28 de Mayo como el comienzo de una revolución marxista mientras Velasco lo interpretaba como un triunfo personal: "El 28 de Mayo los pueblos confiaron en mí, en mí principalmente".
La armonía con la Izquierda se deterioró todavía más por la pugna de Poderes. Velasco se opuso a la nueva Constitución por las limitaciones que imponía al Ejecutivo, lo que iba en contra de su invariada convicción a favor de un Ejecutivo poderoso.
El 16 de enero de 1945 hubo manifestaciones en Quito a favor del presidente Velasco acusado por Arroyo del Río desde su asilo de Colombia. La ADE concurrió a las manifestaciones para respaldar al presidente y a la Constituyente. La CTE concurrió para lo mismo pero, además, para salvar los ideales (populares) de la Revolución de Mayo. La derecha y los velasquistas concurrieron para apoyar al presidente y pedir la disolución de la Constituyente que intentaba establecer relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. Se desencadenó una pelea a palos y piedras. En ese mismo mes Velasco aceptó las renuncias (que no habían sido presentadas) del ministro comunista Alfredo Vera y del socialista Alfonso Calderón. La Izquierda se separó del Gobierno.El crecimiento de las exportaciones favorecido por la Segunda Guerra Mundial, el éxodo de los depósitos de los bancos causado por la Revolución de Mayo, el aumento de la obra pública financiada con préstamos impuestos al Banco Central tuvieron un efecto inflacionario. En 1944 el índice del costo de la vida era de 207 puntos respecto del año base de 1937. En 1945 subió a 268 y en 1946 a 310. Había escasez de alimentos y malestar en el pueblo. Los velasquistas auténticos apoyaban al líder. El ministro de Gobierno, Carlos Guevara Moreno, conocía a los comunistas: había luchado en las brigadas internacionales que ayudaron a los republicanos españoles contra Franco en la Guerra Civil de España (1936-1939), había asimilado del enemigo falangista y del amigo comunista las técnicas de agitación, los desfiles marciales, la persuasión del garrote. En diciembre de 1945 hubo en Guayaquil una "marchadelhambre", duramente reprimida. Crecía también la corrupción. En junio de 1945 Velasco envió una cir-cular a la alta burocracia: "La prensa del país está verdaderamente alarmada por la ola de fraudes y desfalcos que ha estallado en toda la República". Y proponía una medicina voluntarista: "Creed en mí... Para mí, la política es un capítulo de la moral".
La situación se había vuelto insostenible. El 30 de marzo de 1946 el Gobierno denunció un complot para derrocarlo. Desterró a varios oficiales del servicio pasivo encabezados por el general Alberto Enríquez Gallo, y a varios dirigentes civiles de la Izquierda. Así concluyó la primera fase de la Revolución de Mayo.
MAYO AZUL
El pueblo velasquista de Quito y Guayaquil respaldó al presidente: "¡Viva la dictadura de Velasco Ibarra! Abajo los perros socialistas. Velasquistas hasta la muerte". La CTE y los universitarios rechazaron la dictadura. "ElComercio" de Quito la apoyó. "ElUniverso" de Guayaquil estuvo en contra. La Izquierda y el Partido Liberal, también. El 2 de abril de 1946 fue atacado el periódico socialista "LaTierra" de Quito.
El Gobierno convocó a elecciones para una nueva Constituyente. La derecha y los velasquistas participaron, pero la Izquierda y los liberales se abstuvieron por falta de garantías. El pueblo acudió en masa a las urnas: el voto era ya obligatorio. La Asamblea de 1946, presidida por el conservador Mariano Suárez Veintimilla, nombró presidente a Velasco Ibarra hasta septiembre de 1948. Su contrincante fue el derechista Manuel Elicio Flor, uno de los gestores del Código del Trabajo.
La Constituyente expidió la decimosexta constitución el 31 de diciembre de 1946. Ésta creó el cargo de vicepresidente de la República, restituyó la cámara del Senado, dio autonomía al Tribunal Supremo Electoral y ratificó la obligatoriedad del voto. Los conservadores intrigaron para que e1 ministro de Gobierno Carlos Guevara Moreno fuese nombrado embajador ante el Gobierno chileno. Sin el apoyo de un político tan sagaz y pragmático y con una inflación creciente, el Gobierno se deterioró. Los ministros cambiados en tres años llegaban a 23.Entre los activos del segundo velasquismo están la creación de un sentimiento nacional, la mística y dignidad que imprimía al ejercicio del Poder, la libertad de sufragio y los instrumentos jurídico-administrativos para defenderla, la tesis de la revisión del Tratado de Río de Janeiro que no pudo ser propuesta en Brasil donde se hallaba el canciller ecuatoriano José Vicente Trujillo, pues había dejado de serlo por el golpe de Mancheno; la libertad de enseñanza para los establecimientos particulares, la Ley de Escalafón y Sueldos del Magisterio Nacional, el ingreso a Naciones Unidas, la Casa de la Cultura, la Universidad Católica de Quito, el apoyo a la CTE, el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y de la Policía, el plan vial, los programas de regadío y el ingreso a la Flota Mercante Grancolombiana.
Entre los pasivos sobresalen el irrespeto a la Constitución y a los partidos políticos, el voluntarismo, el estilo irrespetuoso con que se deshizo de algunos ministros, la represión a la prensa y a los adversarios, las duras medidas contra Arroyo del Río, la prisión del ex canciller Julio Tobar Donoso y la persecución a los arroyistas, la improvisación en asuntoseconómicos, el aumento de la corrupción entre algunos de sus colaboradores, la represa de Santa Elena -costosa y mal hecha- y la precipitada nacionalización de los Ferrocarriles.La caída de Velasco obedeció a la naturaleza carismática del velasquismo no organizado.Con el pretexto de que "el país entero estaba de pie contra el régimen personalista del doctor Velasco Ibarra y (de que) el Gobierno era incapaz para afrontar y resolver la crisis económica", el ministro de Defensa coronel Carlos Mancheno Cajas derrocó a Velasco Ibarra el 23 de agosto de 1947 y lo desterró a Chile; pero el Ejército constitucionalista comandado por el coronel Ángel Baquero Dávila derrotó a Mancheno en la escaramuza de El Socavón (Ambato) y devolvió el Poder al vicepresidente Mariano Suárez Veintimilla. Suárez convocó un Congreso Extraordinario ante el cual renunció como lo había convenido con los militares. Hubo dos candidatos para la presidencia interina de la República: Andrés F. Córdova y Carlos Julio Arosemena Tola. Luego de votaciones parejas, Córdova renunció a su candidatura y apoyó la de Arosemena Tola.

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